Wednesday, May 23, 2012

Judías negras al vino

Fuente
Ingredientes
  • 200 gr judías negras o frijoles negros
  • 60 gr arroz (blanco o integral)
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 tomate pequeño
  • Pimienta molida
  • 1 hoja de laurel
  • Vino tinto
  • Aceite de oliva y sal
Judías negras al vino :: receta vegetariana
Preparación
Pon las judías en remojo la noche de antes, en agua fría.
Prepara una sartén con un poco de aceite, y sofríe los ajos, la cebolla, el tomate y la zanahoria. Todo pelado y bien picado fino.
Cuando esté todo pochado, añadir las judías negras escurridas. Echar un poco de agua, un pellizco de sal, una hoja de laurel y una pizca de pimienta negra molida, y dejar hervir hasta que estén blandas. Si las judías son de bote, y vienen ya hervidas con agua y sal, dejar unos minutos para que tomen bien los sabores.
Añadir un chorrito de vino tinto, y dejar al fuego un par de minutos más.
Mientras, hierve el arroz en agua con sal. Escurre, pero sin enjuagar, y ponlo en un vaso o taza, que te servirá de molde.
Para la presentación: coloca en el centro del plato el arroz, desmoldado (solo tienes que poner el vaso bocabajo y retirar con cuidado), y alrededor las judías ya cocinadas.
Sirve muy caliente

Hummus

Fuente
Ingredientes
  • 400 gramos de garbanzos cocidos
  • 2 dientes de ajo
  • 3 cucharadas de tahini o pasta de sésamo (opcional)
  • un pellizco de comino según el gusto
  • el zumo de 1/2 limón aproximadamente
  • unas 3 cucharadas de aceite de oliva
  • sal y pimienta negra
Houmous - Paté de garbanzo (humus - hommos - hummus) :: receta vegetariana
Preparación
Se mezclan los ingredientes en un recipiente y se bate con la batidora hasta conseguir una textura cremosa y homogenea.
Si se desea más cremoso se le puede echar un poco de agua de la cocción o alguna leche vegetal.
Al servir se puede adornar con un poco de pimentón dulce (o picante), semillas de sésamo y un chorito de aceite de oliva.
Comentarios a la receta
El hummus es ideal para comer con pan de pita, pan tostado o vegetales crudos como zanahorias, ramas de apio o pimientos rojos cortados en juliana (crudites). Además se pueden hacer bocadillos con humus, tomate natural, y un poco de perejil fresco picado... o con lo que se te ocurra.

Arroz caldoso

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Ingredientes
  • 50 gr. lentejas.
  • 50 gr. garbanzos.
  • 50 gr. alubias pintas.
  • 50 gr. alubias blancas.
  • 1 cardo.
  • 100 gr. espinacas.
  • 100 gr. acelgas.
  • 1 nabo.
  • 1 carlota (zanahoria)
  • 1 ñora (ver comentarios)
  • 200 gr. arroz.
  • 12 almendras.
  • 1 rebanadita de pan duro.
  • 1 cebolla.
  • 1 tomate seco.
Arroz caldoso :: receta vegetariana
Preparación
Poner las legumbres (lentejas, garbanzos, judias pintas y blancas) a remojo durante 12 horas (la noche anterior por ejemplo).
En una olla se ponen las legumbres, el tomate seco, el nabo y la carlota a trocitos, las acelgas y las espinacas partidas, y los cardos bien limpios. Se cubre todo con agua (depende del gusto para que quede con más o menos caldo) y añadimos sal al gusto.
En una sartén se fríen las almendras, la ñora y la rebanada de pan. Todo esto se pone en un mortero, se maja y se reserva.
En el mismo aceite, se fríe la cebolla hasta que esté doradita y se pone directamente a la olla.
Cuando hierva sobre dos horas se incorpora el majado del mortero y se deja hervir una hora más.
Posteriormente, se incorpora el arroz y pasados 15 minutos, se apaga el fuego.
Comentarios a la receta
Los ingredientes son para unas 4 personas.
La ñora es un pimiento redondo y rojo (llamado "bola") típico del levante español, especialmente de Murcia y Alicante. El pimiento "bola" se deja secar al sol, con lo que tenemos la ñora. Se utiliza como condimento en los sofritos de cualquier plato. Tiene un sabor dulce característico.

El encuentro de dos mundos gastronómicos

Fuente

El descubrimiento de América y la conquista de México significaron un choque cultural para los europeos y asimismo para los indígenas americanos. A la proeza de Cristóbal Colón se le ha llamado también el encuentro de dos mundos, para no minimizar a los descubiertos frente a los descubridores. Sea como fuere la semántica, lo cierto es que en materia gastronómica la sólida e importante cocina prehispánica de lo que hoy es México, se encontró, y finalmente se mestizó, con la española. Veamos los ingredientes que trajo acá esta última.
Una vez consumada la conquista del imperio azteca, se inició toda una corriente migratoria de españoles hacia México. Hombres y mujeres por lo general jóvenes vinieron en búsqueda de mejores condiciones de vida y por lo general las lograron. En los barcos que realizaban el crucero trasatlántico, con duración de varios meses, los colonos traían diversas semillas para iniciar cultivos agrícolas en la Nueva España, principalmente trigo y otros cereales para hacer pan, como centeno. cebada y avena. Por supuesto, entre las varias hortalizas que traían no faltaban ajos y cebollas y en los mismos navíos venían también animales de corral vivos, desde gallinas y cerdos hasta ganado mayor, incluyendo asimismo cabras y borregos. Las reses fueron traídas con el doble objeto del abasto de carne y la producción de leche. Desde luego también se trajeron numerosos caballos, pero no con fines alimenticios, sino de trabajo y militares.
De seguro que el trigo, el cerdo, los lácteos, el arroz y la cebolla fueron las aportaciones españolas iniciales más significativas al mestizaje culinario. La sabrosa carne y sobre todo la manteca de ese animal para freír alimentos –arte gastronómico desacostumbrado hasta entonces en México-, de la mano con cremas y quesos, dieron lugar a maravillosos platillos al sumarse a los autóctonos maíz y frijol, sazonados con variados ingredientes, de manera relevante el chile. Tales son nuestros ricos y numerosos antojitos y otros guisos aún más elaborados.
Los españoles trajeron y aclimataron verduras y hortalizas: coles, chícharos, espinacas, rábanos, zanahorias, berenjenas, betabeles, pepinos, lechugas, alcachofas, acelgas, perejil y cilantro, y calabazas de variedades más pequeñas que las mexicanas. Además de los cereales ya mencionados, también trajeron otros granos como garbanzos, habas y lentejas; frutas como melones, higos, dátiles, nueces, almendras, avellanas y variados cítricos: naranjas, limones y toronjas; plátanos procedentes de las islas Canarias, con origen más remoto, quizás africano o asiático.
Introdujeron aquí los iberos el cultivo de la caña y el consumo de su azúcar, basado aquel en la mano de obra de esclavos comprados en África. Tan bárbara costumbre dio lugar a nuestra sangre negra, que constituye la tercera raíz del pueblo mexicano.
Por supuesto que trajeron vides y olivos (por más que había restricciones legales para hacerlo, impuestas por la Corona española que deseaba mantener allá el monopolio productivo de esos cultivos mediterráneos). Así hubo en México algunos vinos locales –aunque la mayoría eran importados-, uvas, pasas, vinagre, aceite de oliva y aceitunas.
Proveniente de Asia y llevado a España por los árabes, nos llegó el arroz, tan arraigado en nuestra dieta popular cotidiana. También trajeron cerveza y la técnica para fabricarla a partir de cereales, pero el pueblo mexicano se mantuvo pulquero. Por lo que respecta a licores destilados, apenas a partir del siglo XVI se empezaron a practicar en España tales procesos, por lo que a México llegaron aún más tarde.
Muchas especias y yerbas de olor de la India y de otros orígenes, fueron parte del bagaje español en su inmigración a México: pimienta blanca y negra, canela, mostaza, azafrán, albahaca, anís, mejorana, jenjibre, romero, orégano, menta y nuez moscada, entre otras. Se cree que las especias ayudaban a disimular malos olores e incluso la descomposición de los alimentos. Después, las especias llegarían a México directamente desde Asia, traídas por la Nao de China o Galeón de Manila, que de ambas maneras se le decía.
Los españoles trajeron técnicas de conservación de alimentos como los embutidos. Así, desde el mismo siglo XVI ya eran de renombre los jamones, tocinos y chorizos de Perote y de Toluca, fama bien ganada que hasta hoy mantienen. Otras técnicas fueron el secado y cristalización de frutas y asimismo prepararlas en conserva, con almíbar a base de azúcar o piloncillo.

Saturday, May 19, 2012

Sopa de melón


Muskmelon

NetzmelonMelón cantaloupe (4 US$) a 6.200 US$  [Delirant isti japani!]
MELON~CANTALOUP​E SEEDS - Premium Heirloom HONEY $1.99
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Source
Grab A Cantaloupe and Make This Summer Treat

Overview
Is there anything more refreshing in the summer than a bowl of sweet, chilled melon soup? Try this recipe, from Kimberly Bugler, pastry chef at New York’s famed 21 Club, and you’ll be convinced.

Chef Bugler uses Cavaillon, a French premium variety of cantaloupe, in her melon soup. The melons, which are available from June to October, beg to be made into soup.
The canton of Cavaillon (cah-vah-YONE) is in the Provence-Alpes-Côte d’Azur region of France. The area is a center for growing fruits including what are called melons of Cavaillon (melon de Cavaillon), a premium variety of cantaloupe.
In the U.S., Cavaillon melons are grown by Weiser Farms in greater Los Angeles. Learn more about these choice fruits.
Chances are you may not come across Cavaillon melons. Substitute your local variety of sweet cantaloupe.
The French enjoy the melon sliced and served with a glass of Port. Since there’s Champagne in the soup, you can serve a glass alongside it. See the different types of Champagne. We personally prefer using one of the sweeter varieties for a dessert soup.

Melon Soup Ingredients

  • 1 cup sugar
  • ½ cup water
  • 1 tablespoon corn syrup
  • 3 Cavaillon or cantaloupe melons, ripe
  • 1/4 cup fresh lemon juice
  • 1-½ cups Champagne or other sparkling wine
  • Fresh mint

Preparation

  1. Bring sugar, water and corn syrup to a boil; then chill.
  2. Clean, cut and cube 2-½ melons, reserving the last half for garnish
  3. Place melon cubes, sugar syrup and lemon juice in container, and blend using an immersion blender.
  4. Stir in Champagne.
  5. Using a vegetable peeler, make ribbons from the remaining melon.
  6. Chiffonade the mint.
  7. To serve, nest ribbons together in the base of each serving bowl. Pour soup around ribbons.
  8. Garnish with a chiffonade of mint.